(OSV News) — El paso del ciclón Yaku por la región norte del Perú en marzo fue tan destructivo que sus efectos directos, como la destrucción de viviendas por inundaciones y huaicos, e indirectos, en especial un brote sin precedentes de dengue, se siguen sintiendo gravemente en la actualidad.
En ciudades como Trujillo y Piura, las personas que lo perdieron todo con las lluvias se han enfrentado no sólo al desempleo y la escasez de alimentos, sino también a la lucha contra el Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue que se ha reproducido prolíficamente en las numerosas zonas aún inundadas.
Con más de 160.000 personas contagiadas por la enfermedad y al menos 287 muertos, Perú atraviesa una de las peores epidemias de dengue de su historia y se ha convertido en el segundo país con mayor número de casos en América, después de Brasil.
El brote resultó en la enfermedad de miles de docentes, lo que llevó a los dirigentes escolares a optar por ofrecer clases a distancia. Varios sectores de la sociedad se vieron gravemente afectados y los servicios de salud no han podido satisfacer la gran demanda.
Las diócesis y organizaciones eclesiales han estado trabajando continuamente para ayudar a las víctimas del ciclón y a los enfermos, repartiendo donaciones y estando presentes en los distritos y hospitales más afectados.
“Después del ciclón y de la caída de huaicos se sucederán muchos desastres. Muchas familias perdieron todo, incluso sus casas, tomadas por el lodo,” describió la hermana Rocío Zapata, secretaria general de Cáritas en la Arquidiócesis de Trujillo.
Una campaña solidaria de emergencia, coordinada por Cáritas Perú, recolectó donaciones de personas, empresas y organizaciones no gubernamentales desde finales de marzo. Desde entonces, las Cáritas diocesanas y parroquiales han distribuido alimentos, agua potable y ropa a miles de familias.
“También recibimos una donación en dinero de la Santa Sede. Solo en Trujillo se ha ayudado a más de 2.500 familias desde entonces”, dijo la hermana Rocío.
En todas las regiones afectadas, los movimientos católicos organizaron ollas comunes, abastecidas de alimentos por las propias parroquias. En solo uno de los distritos de la Arquidiócesis de Trujillo, por ejemplo, hay 30, informa la hermana Rocío.
“De esa manera, las personas pueden tener al menos una comida completa a lo largo del día”, explicó.
Voluntarios han participado activamente en la asistencia a familias necesitadas, visitando sus hogares y conociendo su realidad. Es común que, después, regresen con elementos que faltaban, como colchones y tejas para las casas.
“Con tantos casos de dengue, algunas de nuestras hermanas terminaron contrayendo la enfermedad, a pesar de que hicimos las fumigaciones necesarias para matar el mosquito”, dijo la hermana Rocío.
Hace dos semanas, el arzobispo de Trujillo, Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, visitó el asentamiento humano Ampliación Clementina Peralta en el distrito de La Esperanza, provincia de Trujillo, y entregó dos casas prefabricadas a familias que habían perdido sus viviendas durante las lluvias.
“Otra donación frecuente que hacemos es suero y paracetamol. Lo más importante en el dengue es mantener la hidratación. Lo llevamos a los hogares de los enfermos,” la hermana Rocío afirmó.
En Piura, donde hay más de 44.000 personas contagiadas, la Iglesia local ha estado continuamente donando medicamentos a las clínicas que atienden a los enfermos de dengue.
El 8 de junio, el arzobispo de Piura José Antonio Eguren visitó el Hospital III José Cayetano Heredia para entregar 60.000 tabletas de paracetamol de 500 mg y 2.000 botellas de cloruro de sodio al 0.9%, de 1 litro cada una. Esta fue la tercera donación de medicamentos realizada por el arzobispado al hospital.
“Siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, la Iglesia está comprometida con la salud integral de la persona humana. Ella busca curar tanto las heridas del cuerpo como las del alma, reza y actúa por la curación física y espiritual de la persona humana,” dijo monseñor Eguren durante la reunión en el hospital.
Es probable que el grave brote de dengue en Perú continúe afectando a las comunidades vulnerables durante algún tiempo. El 17 de junio, la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez Palomino, renunció luego de sufrir severas críticas en el Congreso por su manejo de la epidemia.
Las diócesis y Cáritas locales siguen haciendo un llamado a la sociedad peruana para seguir apoyando con donaciones.
Eduardo Campos Lima escribe para OSV News desde São Paulo, Brasil.