(OSV News) — Cuando su hijo mayor tenía seis años, Nalleli Rodríguez buscó una iglesia en la que Kevin, quien tiene síndrome de Down, pudiera hacer su Primera Comunión. Tras tocar las puertas de tres parroquias en Dallas, Texas, ella encontró un programa de formación para su hijo.
“Quería una clase donde no lo separaran, sino que ofrecieran la atención que él merecía,” dijo Rodríguez, quien emigró con su familia de Zacatecas, México, en el 2012. “Empezamos a ir a la parroquia del Sagrado Corazón, a 25-30 minutos de casa para sus clases de catecismo. En dos años él hizo su Primera Comunión y me lo incluyeron en todo”.
La inclusión de personas con discapacidades es de suma importancia, dijo Esther García, directora de extensión comunitaria y relaciones diocesanas en la Alianza Nacional Católica sobre la Discapacidad.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) uno de cada 6 adultos hispanos en EE.UU. vive con una discapacidad. CDC también señala que 61 millones de adultos, alrededor del 26% de la población de este país, tiene algún tipo de discapacidad.
Esto tiene un impacto en la vida de una Iglesia que busca acoger a cada uno de sus miembros, dijo García. “Tenemos que ayudarlos para que se sientan cómodos y bienvenidos y mirarlos como lo que son: nuestros hermanos en la fe que vienen a hacer presente y completar el cuerpo de Cristo”, dijo.
Ella agregó que en muchos lugares no hay una formación sacramental para personas con discapacidades, sobre todo en español. Garcia enfatizó que el primer paso para no excluir a nadie es reconocer que toda persona está hecha a imagen y semejanza de Dios y que pertenece al cuerpo de Cristo y de su Iglesia.
“Todas las personas bautizadas con discapacidades tienen derecho a una catequesis adecuada y merecen tener los medios para tener una relación con Dios”, dijo García, quien ha sido catequista por 30 años y tiene un hijo que tiene autismo. “Por el bautismo todos estamos llamados a evangelizar, a formarnos en la fe y a nutrirnos de los sacramentos”.
La Alianza (NCPD por sus siglas en inglés), trabaja con diócesis, parroquias, ministros y laicos para promover la participación plena y significativa de personas con discapacidad en la vida de la Iglesia.
En diciembre del 2022, García lideró una serie ministerial del V Encuentro que ahondó en ejemplos, mejores prácticas y recursos para apoyar la formación y participación de las personas con discapacidades en su comunidad de fe.
‘De nuestros hermanos y hermanas que viven con diversas discapacidades, aprendemos la misma esencia de lo que realmente significa ser humano’, dijo el Obispo Michael J. Sis, de San Angelo, California. “Tenemos personas maravillosas en todos los niveles ministeriales que tienen discapacidades y cuyos dones personales nos ayudan a construir el Reino de Dios”.
Irma Rodríguez, directora de la Oficina de Apostolado con Personas con Discapacidades de la Diócesis de Providence, Rhode Island, dijo que es crítico tener personas interesadas en demostrar el amor de Jesús hacia las personas con discapacidades y sus familias.
“Para tener comunión con Dios tenemos que ser una comunidad”, dijo durante el panel de la serie ministerial. “Hay muchas cosas que podemos hacer, pero siempre hay que pensar en el individuo y tener conversaciones para poder cumplir la necesidad específica de esas personas”.
El panelista Guillermo De La Rosa, miembro fundador de la Living Hope Wheelchair Association en Galveston-Houston, explicó cómo líderes ministeriales, en coordinación con las parroquias, pueden ofrecer liturgias o adaptarlas para que todas las personas participen de manera más inclusiva.
Esto incluye modificaciones físicas como áreas abiertas para personas en sillas de ruedas, así como áreas más tranquilas para personas con sensibilidad sensorial, ofrecer misas sensoriales con luces tenues y música más suave, tener dispositivos de sonido e intérpretes para la comunidad Sorda, tener misales con letras grandes para personas de baja visión, entre otros.
Ana Barraza, coordinadora del Comité Diocesano para Católicos con Discapacidades de la Diócesis de Sacramento, California, compartió varios recursos y documentos de la Iglesia para la celebración de los sacramentos. Otros recursos instan a usar un lenguaje apropiado que demuestra “el reconocimiento y respeto total en pro de la dignidad de cada ser humano,” agregó.
Por último, Barraza compartió el recurso LAMB, un cuestionario que mide como una comunidad puede tener éxito al acompañar a la comunidad con discapacidad. Este incluye preguntas para medir los esfuerzos en base a lenguaje, accesibilidad, participación significativa y pertenencia.
De La Rosa, quien usa una silla de ruedas a raíz de un accidente que tuvo al arreglar una camioneta en Wichita, Kansas, recordó a los participantes que toda persona quiere ser tratado como un ser humano. “A veces nos dicen pobrecitos o nos miran con lástima — no queremos eso. Queremos que nos acompañen, que compartan con nosotros nuestra fe”, dijo. “Nuestra vida no es fácil, pero está llena de esperanza”.
En una entrevista con OSV News, De La Rosa compartió que, después de su accidente, él se sintió menospreciado en su parroquia. Él continuó yendo “a visitar la casa de Dios y a recibir a Cristo”, pero, agregó, se necesita mucha educación para mejorar la bienvenida y el alcance a personas con discapacidades.
Una buena manera es que los ujieres se aseguren de hacer que las personas con discapacidad se sientan bienvenidas, dijo. También es importante la apertura del párroco y su interés en acoger a personas con diferentes discapacidades. De la Rosa sugiere hacer una convocatoria a familias que tengan personas con discapacidades para que compartan cuáles son sus necesidades para poder participar en la iglesia.
Nalleli Rodríguez agregó que encontrar catequistas que buscan involucrar a personas con discapacidades en la vida parroquial es muy importante. Su hijo, Kevin, quien ya cumplió 15 años, recibió el Sacramento de la Confirmación y ahora él sirve como monaguillo en su parroquia.
“A él le gusta servir mucho, convivir con la gente”, dijo Rodríguez. Aunque él casi no habla, a Kevin le encanta socializar, agregó. “En la iglesia no siente nervios”.
Durante la serie ministerial, García agregó que para poder estar preparados y asegurarse de que otras personas se sientan bienvenidas, acogidas y parte de la parroquia hay que plantearse: ¿Estamos todos aquí? / ¿Están las personas con discapacidades y las personas sordas y sus familias? ¿Si no están, como podemos hacer que se sientan bienvenidas? y ¿Qué puedo hacer en mi ministerio?
“La discapacidad es parte de la vida de la persona y en algún momento vamos a tener ese encuentro con ella”, dijo García, “y todos tenemos que estar preparados”.
De la Rosa está de acuerdo.
“Necesitamos nuestro espacio en la iglesia”, dijo De La Rosa. “Somos hijos de Dios y queremos ser parte de nuestra comunidad y nuestras parroquias”.
Maria-Pia Negro Chin es la editora de español de OSV News.
Para ver los recursos de la Alianza Nacional Católica sobre la Discapacidad, vaya a ncpd.org/es/recursos. Para leer el cuestionario LAMB, vaya a esta PDF.
La sesión en español sobre la pastoral con personas con discapacidades y la comunidad Sorda fue parte de las Serie de las 28 Áreas Ministeriales del V Encuentro. Está disponible on demand en ms.vencuentro.org. Cuenta con interpretación en el lenguaje de señas americano (ASL por sus siglas en inglés) y con una presentación en inglés.