MIAMI (OSV News) — Gabriel y Jennifer Cambert pasaron el retiro de Camino del Matrimonio cuando se iban a casar, hace casi 12 años.
Después de casados empezaron a colaborar en los retiros del movimiento, pero se involucraron mucho más desde hace cinco años. Han trabajado en diferentes áreas como coordinadores de base, en la cocina y ahora están en el secretariado, “y sirviendo en el área de comunicaciones y relaciones públicas”, dijo Gabriel.
“Mons. Agustín Román nos preparó para el matrimonio”, dijo Gabriel y agregó que, para el recordado Obispo Auxiliar de Miami, la fundación de la familia es la relación del padre y la madre. “Y para nosotros ha sido importante trabajar en nuestra relación. Y que ella (su esposa) sea lo más importante para mí y yo para ella, para poder ser los mejores padres para nuestros hijos”.
Es lo que ellos y las más de 50 mil parejas que han pasado los retiros de Camino del Matrimonio han aprendido en los 50 años que lleva el movimiento en la Arquidiócesis de Miami.
“Cincuenta años, parece imposible, ¿verdad? Cincuenta años de gracias derramadas sobre esta Arquidiócesis, sobre las familias de esta iglesia local”, dijo el arzobispo Thomas Wenski al iniciar la Misa conmemorativa, en el día en que se celebraba también el Día de la Divina Misericordia, el 16 de abril, en la capilla del Seminario St. John Vianney, en Miami.
El arzobispo agradeció a Dios por las cinco décadas de “este fructífero movimiento que ha hecho tanto bien a tantas familias, a tantas parejas”. Y recordó a Mons. Román por ser “inspiración y apoyo para este y otros tantos ministerios en nuestra Arquidiócesis”.
También recordó a los fundadores, unas 10 parejas que pertenecían a Cursillos de Cristiandad, que tuvieron la iniciativa de formar un movimiento para ayudar a las jóvenes parejas en su camino hacia el sacramento del matrimonio. Y a todos los colaboradores que por cinco décadas ininterrumpidamente han hecho que Camino del Matrimonio “siga renovándose y adquiriendo un nuevo ímpetu en las nuevas generaciones”.
Durante la Misa una de las parejas fundadoras, Pedro (“Papucho”) Peláez y su esposa Martha (“Mamucha”), presentaron la fotografía del primer retiro de Camino, que se realizó el 4 y 5 de mayo de 1973. Y los esposos Cambert presentaron un cartel con el número 955 por los retiros que se han realizado hasta ahora.
Camino del Matrimonio es un programa de preparación para el matrimonio dirigido a parejas jóvenes que quieren casarse por primera vez por la Iglesia Católica. Fue creado en la Arquidiócesis de Miami y es uno de los dos programas aceptados por la Arquidiócesis.
Consiste en un retiro de dos días, sábado y domingo, donde las parejas por casarse reciben charlas sobre economía del hogar, planificación familiar, psicología del matrimonio, el significado de los sacramentos, entre otros temas, todos impartidos por parejas casadas jóvenes y no tanto.
A los participantes les dicen que “esto es lo que estamos haciendo, estamos siguiendo el camino de Dios y si ustedes quieren estar juntos por siempre, hay que tener a Dios en sus vidas, hay que escuchar y seguir en comunidad”, dijo Loren González, quien junto con su esposo, Luis, participan como coordinadores de parejas desde que se casaron hace cinco años.
“Tratamos de llevar la alegría que tenemos como esposos a las personas que se van a casar. Queremos que la experiencia de uno les sirva para su futuro”, Gabriel Rodríguez, quien empezó en el movimiento en el año 1997, dijo a la Voz Católica, el periódico en español de la Arquidiócesis de Miami.
Camino es un movimiento que ha involucrado a los hijos y los nietos de los participantes activos.
“Estamos viendo matrimonios que estuvieron en el primer Camino y también la tercera generación, nuestros hijos trabajando ya en el movimiento”, dijo Fernando Gómez, coordinador de Camino del Matrimonio.
Gómez y su esposa, Laura, empezaron a trabajar en el movimiento en 1990, un año después de casarse. “Estamos tratando de construir matrimonios santos, familias santas, donde pueden salir santos matrimonios, santas familias y santas vocaciones”, dijo Gómez, cuyo hijo, el padre Matthew Gómez, es el director de la Oficina arquidiocesana de Vocaciones.
Gómez también dijo que en estos 50 años se han realizado un promedio de 19 retiros al año, incluyendo 28 realizados por Zoom durante la pandemia de coronavirus. Se ha servido a 50,615 parejas y el movimiento se encuentra en 89 parroquias de las 109 que tiene la Arquidiócesis.
El movimiento, desde sus inicios, ha realizado varios cambios como el uso de las nuevas tecnologías, el impartir las charlas también en inglés desde el 2017, pero el más grande reto ha sido impartir las charlas durante el cierre por la pandemia de coronavirus.
Cuando empezó la pandemia en marzo de 2020, “inmediatamente tuvimos que reorganizar y pensar cómo atender las necesidades, porque había parejas que pedían los retiros, aún en plena pandemia”, dijo Gabriel Cambert, quien también es director de Desarrollo Continuo de la Oficina arquidiocesana de Escuelas.
Empezaron a grabar las charlas en inglés y en español “para poder facilitar el mensaje, que sería igual para todo el grupo que iba a pasar el retiro”, dijo Jennifer Cambert.
Se trabajaba casi de la misma manera como las charlas presenciales. “Por Zoom se dividieron en salas diferentes y los participantes pudieron hablar con nosotros de los temas que estábamos presentando”, dijo Gabriel.
“Se mantuvo la misión y el mensaje del movimiento a través de la pandemia, fue una real bendición poder hacer esa labor como un grupo coordinador”, dijo Gabriel.
Los retiros por Zoom empezaron en abril de 2020 hasta enero de 2022, cuando regresaron a los retiros presenciales, que también fueron un reto por el tema del distanciamiento social. Se escogió el comedor de la escuela secundaria Monsignor Edward Pace, en Miami Gardens, porque tenía divisiones con plexiglás.
“Y pudimos también aumentar la cantidad de personas que estaban pidiendo pasar un retiro. Ya estamos de 60 a 70 parejas”, dijo Gabriel. En un Camino llegaron a tener hasta 80 parejas.
Durante la pandemia se suspendieron las charlas con los padres, que aún no han podido reanudarse, pero sí continuaron con las Misas, que eran en vivo a través de Zoom, celebradas por el padre Rafael Capó desde la Capilla de la Universidad St. Thomas.
Ahora todos los retiros son presenciales. De los 20 Caminos que se realizan al año, “a veces 12 son en inglés y 8 en español, porque estamos viendo la gran necesidad en inglés”, dijo Gabriel. “Somos completamente bilingües y tenemos los manuales completamente bilingües”.
A la Misa por los 50 años asistieron muchos “caminantes”: que compartieron sus recuerdos en Camino.
“Camino ha tenido un impacto tremendo en los matrimonios y en mi familia, en particular con los hijos, los nietos”, dijo Silvia González, quien empezó en Camino a finales de los años 70 junto con su esposo, el diácono Jorge González.
Se mudaron a Atlanta y empezaron una versión de Camino, “Llamados a ser uno”. Hace 30 años que los González regresaron a Miami y el programa todavía sigue. “Es una cosa muy efectiva”, dijo Silvia.
En la década de los 80, “nosotros como los auxiliares hicimos una comunidad, porque podíamos traer a nuestros niños”, dijo Alberto de Cárdenas. “Éramos los matrimonios con los niños. Esos niños crecieron y ahora son auxiliares y los hijos de ellos ahora también son auxiliares, o sea que es una comunidad grande”.
“Es importante que los niños vean el compromiso de los padres, porque hoy en día es muy fácil decir si se me rompe una cosa, voy y la cambio. Y el matrimonio hoy en día es desechable. No hay compromiso”, dijo Lizeth de Cárdenas.
Camino “para mí es un fruto de la madurez de la evangelización en la Arquidiócesis de Miami. Las parejas mismas asumieron el papel de evangelizar a otras parejas que se estaban preparando para el matrimonio. Lo que nos pedía Mons. Román, repitiéndonos ¡Ay de mí, si no Evangelizo!”, dijo el padre Capó, vicepresidente de Misiones de la Universidad St. Thomas y director espiritual del movimiento desde 2012.
Para el futuro, el movimiento debe responder a las necesidades de las parejas en el contexto en el que viven. Y para eso, debe haber “parejas jóvenes que evangelicen a parejas jóvenes”, indicó el sacerdote.
Hoy “me siento feliz porque en aquel momento, el año 1973, diez parejas decidieron hacer algo por la felicidad de los matrimonios”, dijo “Papucho” Peláez. “Fuimos de los que empezaron, y después de 50 años son miles de parejas que han pasado y son felices y ha sido maravilloso. Espero que esto no termine nunca: siempre que haya quien se quiera casar, tiene que haber quien los prepare para lograr la felicidad”.
Rocío Granados es una reportera de La Voz Católica, el periódico en español de la Arquidiócesis de Miami, el cual es parte de Florida Catholic Media.